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Panorámica Cazorlense

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Abraham López

Éstas son sólo una ínfima parte de todas las fotografías que el blog Panorámica Cazorlense guarda entre sus entradas. A muchos y muchas os sonará algo, si es que conserváis un poco de memoria, ya que apenas hace cuatro meses de aquella fantástica retirada a las montañas. Cazorla siempre impresiona. Y si no os lo creéis, echad un vistazo al blog de Abraham López Moreno, el autor de Panorámica Cazorlense.

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¿Qué pasó con...

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...Vieriniana?


Nuestro querido amigo y colaborador habitual de esta página, Vieriniana, se encuentra desaparecido en algún rincón de los Estados Unidos. Fuentes policiales aseguran que el joven será localizado en las próximas horas, después de haber comparado su dentadura con los mordiscos aparecidos en el tronco de un enorme cáctus en el Estado de Arizona. Esperemos que el cáctus en cuestión no sea una variedad de Lophophora wiliamsii y nuestro compañero se encuentre en perfecto estado.


Desde aquí un enorme abrazo y suerte en su aventura americana. Seguiremos informando.

Si queréis manteneros informados de la última hora de nuestro amigo, no tardéis en visitar la página Universal Traveler. Ya sabéis... Cactus, dust, cowboys and … mexican food?!


Andrew LeMarek

Foto: vieriniana

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Explorando...Tavira (Portugal)

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Andrew LeMarek

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Antecedentes de El Jueves...

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"Sentada está en su poltrona
con chulo, cetro y corona"



"El rey consorte
primer pajillero de la corte"



Se trata de un libro de ilustraciones firmadas con el seudónimo SEMEN (abreviado, SEM), que reproduce las acuarelas pornográfico-satíricas con guiones del poeta Gustavo Adolfo Bécquer y dibujos de su hermano Valeriano Bécquer. Datan de de 1868-1869, los últimos tiempos de la corte de Isabel II y los primeros meses de la revolución de 1868. Hagan clic aquí para acceder a la galería y contemplar a la tatarabuela del actual monarca en pelotas y practicando el sexo con todo bicho viviente, en el sentido literal del término, políticos de la época incluidos. Claro que el fiscal Conde-Pumpido y el juez Del Olmo aún no habían nacido.

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La Alameda

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Por supuesto que era un milagro que la Alameda siguiera viva. Como un niño en medio de un cruce de disparos, como un jardín en una ciudad bombardeada, todos nos preguntábamos cuánto tiempo más se mantendría en pie ese reducto del descuido, de la indiferencia en una capital que sacrificaba cada vez más calles a la idolatría del dúplex y el centro comercial. Pieza de museo, reserva urbana de la biosfera, la Alameda de Hércules supuso durante décadas ese retiro espiritual que Horacio y Fray Luis hubieran elegido para apartarse del mundanal ruido, o de las groserías y las vejaciones con que las ciudades modernas lastiman a toda conciencia bien educada. Parecía paradójico que en pleno casco histórico, a la distancia de un paseo de La Campana, sobreviviera esta burbuja de aceras cuarteadas, patios sucios y señoras de vida dudosa asomadas a los porches con los cosméticos arruinados por un mal despertar, como todos. Las casas achaparradas se subían unas sobre otras igual que niños que tratan de ver las carrozas de una cabalgata, los comercios exhalaban un olor a invierno viejo, a estanco, a salita de jubilados, que absolvía al paseante del apresuramiento y la urgencia que palpitaba en otras partes menos pacíficas de la ciudad. Recuerdo que yo tenía un perro, que el perro enfermó y que fuimos hasta la Alameda a concederle el alivio definitivo de las agujas. La Sociedad Protectora de Animales se hallaba agazapada en una esquina, entre un taller donde se reparaban viejos dinosaurios en blanco y negro y un café con mesas tatuadas por las fichas de dominó. Mi perro murió mientras anochecía, mientras en el aire se elevaba una fragancia incierta a café demasiado caliente, a gasolina quemada, la fragancia de la vida de la que él acababa de quedar excluido. Y desde entonces he asociado este barrio condenado de Sevilla a esa extraña dicotomía, a la agonía y el éxtasis, a ese lugar improbable donde la vida, mientras se extingue, ofrece sus mayores fastos, intentando convencer a quien no quiere oírla de que todavía le quedan las mejores cartas por jugar.



La historia de la Alameda ha sido la de un dilatado crepúsculo, una enfermedad que todos sabíamos adónde debía conducir pero que nos ilusionábamos por paliar con absurdos balones de oxígeno. El hormigón no perdonaría, la ley del suelo, el cristal y el acero impondría su criterio sobre el descampado, sobre la esquina a salvo de escaparates en que permitir mear al perro o jugar a la rayuela. Primero fue la liquidación del mercadillo, que convirtió los domingos en recintos más angostos y negó a las basuras una segunda oportunidad; luego la tala de los árboles y la erradicación de las hojas secas que, sobre el pavimento, hablaban de novias y otoños remotos; luego la lenta infiltración, el contagio, la mutación casi imperceptible de rincones en donde de repente, con el sigilo de un tumor, aparecía la sucursal de una cadena de cafeterías, crecía un gran almacén, se clausuraba una trastienda. Casi sin darnos cuenta la Alameda fue marchándose, huyendo por el desagüe, colocándose esas ropas de señorita respetable y perfectamente carente de interés que define a otros barrios del centro donde impera el triduo y la chaqueta cruzada. Por fin, las obras acabaron por apuntillarla: entre vallas, escombros, martillos hidráulicos, los bares fueron adelantando sus horas de cierre y la cerveza se volvió más lánguida sobre barras donde ya no sonaba la misma música. Hoy la Alameda es sólo un fósil de sí misma y la policía interviene cada vez que un tipo de pelo largo comete el despiste de ponerse a hacer sonar un tambor o alguien perpetra el crimen imperdonable de salir del bar para saludar a un amigo con un vaso en la mano. Era previsible; sabemos, porque el mundo nos lo enseña diariamente, que lo peor y lo previsible siempre coinciden, pero aun así nos cuesta resignarnos. Los vecinos quieren descansar, exigen que no se les moleste, y yo no lo discuto: lo más deseable, siempre, es descansar, no ser molestado, retirarse, huir de la monotonía y del tedio de calles que se perpetúan en un continuo plagio de sí mismas. Huyamos: aunque sea a los territorios perdidos de la nostalgia, a los perros y los barrios que murieron.


LUIS MANUEL RUIZ

DIARIO EL PAÍS 26-07-2007

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Etnosur 2007

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Vuelven los Encuentros Étnicos en la Sierra Sur, Etnosur, con su ya habitual repertorio en la programación musical y cultural. Tres días de actividades diurnas y nocturnas, para grandes y pequeños, para foráneos y alcalaínos. Este año, el Tibet recibirá una atención especial en el Etnosur y para homenajear a este interesante país varias actividades se presentarán a lo largo del festival: taller de mándala y concierto de música tradicional impartidos por los monjes tibetanos del monasterio Tashi Lhunpi, la exposición “Tibet, una mirada…y los monasterios tibetanos en exilio” y un foro sobre el Tibet y Derechos Humanos.

La Música vuelve a su concepto primitivo, la música acústica. Se mantiene la filosofía de invitar a los grupos por su calidad e innovación y no por su fama. Este año todos los conciertos nocturnos son multiétnicos, en el recinto EtnoSur. Podemos encontrar a grupos como Sokan, Calima o Son de la Frontera. El domingo se acabará con una producción propia del festival llamada “En Clave de Mares”. Este año, se reunirán tres grupos mediterráneos de diferentes identidades: España con Maria del Mar Bonet, Israel con Eyal Sela & Darma Ensemble, y Egipto con Hossam Ramzy Ensemble. Y en los conciertos diurnos, en el Paseo de los Alamos y en la Plaza del Ayuntamiento, estarán Llangres, La Bruja Gata, Jerez-Texas o los monjes del monasterio Tashi Lhunpi. Se cpntará también con el Etnochill en el paseo de los Álamos por las tardes a cargo del DJ Pierrot; y con la Etnoteca por la noche con DJ Lord Sassafras, DJ Sr Lobezno y DJ Gufi.

El foro también viene este año cargadito. El viernes estará amenizado con la presencia de LOS CURAS DE ENTREVÍAS: Enrique de Castro, Pepe Díaz y Javier Baeza en que recae el PREMIO ETNOSUR. El sábado, tratará sobre Microcréditos: una revolución silenciosa con presencia de Jesús Lens de la Área de Presidencia de CajaGRANADA y el domingo sobre Tibet y Derechos Humanos con el máximo representante del Dalai Lama en España Thunbten Wangchen.
Los Talleres volverán a tener su representación en danza con el Giro Derviche y Ritmología Árabe y en música con el Darbuka, instrumento de percusión de cultura árabe y con ritmos Flamencos: los Palos y las Palmas. Se impartirá un taller de Tai Chi Chuan, arte marcial chino interno, un taller de Poesía sobre Drogas, Músicas y Sexo, un taller sobre erotismo y otro sobre cómo activar el poder autocurativo del cuerpo. Y para los niños, se impartirán numerosos talleres. El Circo sigue su ascenso y vuelve con artistas y compañías de calidad con Los Gingers, la Compañía A Saco y Paco Pacolmo, Zahir Circo, el Cuarteto Maravilla y Hojalata Samba.

El cine, los cuentos infantiles y para adultos o el teatro volverán a encandilar a los asistentes a Etnosur. Y un año más, todas las actividades del festival serán gratuitas, habilitándose, como ya es tradicional, dos zonas de acampada a un precio de 15 euros (desde la noche del jueves a la mañana del lunes) y recordaos que en el horario de los conciertos, se activa Atrapasuetños, la guardería del festival.

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