El merecedor de este adjetivo es el oportunista. Hoy llamamos así al tránsfuga y al traidor. Antaño a esta actividad se le denominaba "cambiar de casaca". La frase se pudo formar en tiempos de la reforma protestante. Católicos y luteranos vestían casacas de colores diferentes con forro cambiado: el de la casaca protestante era del color de la casaca católica y viceversa. A quien se pasaba al bando contrario le bastaba con volver la casaca del revés.
enviado por: Serg&o
0 comentarios:
Publicar un comentario