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Marionetas nocturnas

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Vi agua, Frida Kahlo


La noche te ha empujado irremediablemente a ser su marioneta. Has decidido no resistirte a los hilos y comienzas a dar tumbos. Luego, tras varios tropezones decides no caer dormido, no cerrar los ojos para creerte el soberano de tu paso por el tiempo mientras arriba brilla la luna. Estupenda noche, casi sin estrellas…como aquí, como si la vibración que provocan los habitantes de la tierra con sus pasos hiciese que el manto se desprendiera de toda su purpurina. Pero aquí abajo no hay ningún rastro y en el asfalto solo brilla la mancha de aceite. Puede que queden suspendidas en la copa de los árboles y quizás por eso siempre mire hacia arriba…Las hojas están rendidas…cansadas de bailar y su susurro se hace casi molesto. Piensas que no es tan difícil, que mañana cuando despiertes tendrás la sensación de haber terminado una pesadilla. Luego tu habitación espera vacía. Muchas cosas en las paredes pero vacía. Desde entonces hace frío…y el verano no fue caluroso. Tantas cosas son más que olvidar…Y cuando me decido a esconder los últimos vestigios de su recuerdo, abro el ropero, busco la caja que ella me regaló…pero está escondida. Todo lo que me suponga un esfuerzo me abate. Decido no buscarla…quizás para seguir viéndola en mi pared, en mi escritorio, quizás para creer que está de vacaciones. Se termina…pero estoy tan cansado y borracho que decido quitar la ropa de mi cuerpo con calma…imaginando que ella me ve, que me espera en la cama casi dormida. Es tan fuerte el recuerdo que entro en la cama dejando un hueco a mi lado…sorprendiéndome aún de que al final me encuentro solo y de que la sábana esté tan fría. Por eso hace frío…porque ya no estás aquí y mi corazón igualmente se hiela. Miro el teléfono una vez más pero no hay respuesta. Ahora es cuando todo se vuelve contra mí. El calor que el edredón me proporciona me hace darme cuenta de que he bebido demasiado, pero es casi imposible olvidarte, pues con tanto alcohol en el cuerpo ya no distingo de la vigilia y creo que vienes del baño, con un vaso de agua en la mano. No sé en qué momento caí rendido. El recuerdo pasa a ser sueño cuando cierro los ojos… Estás ahí en tres dimensiones. Ya no me hablas…solo mueves los labios y yo pongo en los mismos palabras que no llego a entender del todo, parece que hablas en otro idioma…parece que no hablas. Antes de que el reloj me golpee el pensamiento con esa ridícula cancioncilla que le puse despierto en la madrugada. Todo está en silencio. Miro hacia el otro lado y pienso que te has ido…En realidad te fuiste, no paro de buscarte y no me topo contigo. En realidad te fuiste, te marchaste…nos fuimos los dos y ahora vivimos en mis adentros, donde el tiempo pasa lento pero doloroso. Quizás deba fundirme con la luna, con ese molesto susurro de las hojas y con el viento…quizás deba hacerme esclavo, abandonarme a lo que me rodea, unirme con las nubes y las rocas para ser lo que soy. Quizás necesite tu rostro para no olvidarme del mío. Quizás despierte un día siendo lo que digo que soy para trepar los muros y no temer más nunca una mala madrugada. Quizás, ojalá, deseo…supongo que nunca termina, pues en mar calmado todos somos capitanes; y en mar bravío gotas de agua esclavas del viento.


Autor: Sergio

1 comentarios:

Laura dijo...

es un texto estupendo. Me gusta mucho la fuerza que tiene la tristeza y la impotencia que se muestra, la soledad ante todo, la ausencia, no sé. Me gusta.
Un besote pa sergio y pa ti andrew